En un mundo donde a menudo se malinterpreta el significado de ser una persona altamente sensible y/o con altas capacidades intelectuales, en AIMI nos sumergimos en la profundidad de la experiencia humana para comprender y abordar estas realidades de una manera más auténtica y cercana.

Reconocemos que la sensibilidad y la inteligencia excepcional son aspectos intrínsecos de la naturaleza humana, y cada uno de nosotros ha caminado por un sendero marcado por los desafíos y las dificultades que acompañan a estos dones únicos.

Desde nuestras propias vivencias, entendemos la lucha interna y externa de aquellos que son PAS o ACI. Hemos sentido la intensidad de las emociones y la riqueza del pensamiento, pero también hemos experimentado la soledad y la incomodidad que a menudo vienen con ser diferentes en un mundo que valora la conformidad sobre la autenticidad. El egoísmo sobre la justicia, el juicio frente a la comprensión sincera. 

En el ámbito laboral, hemos experimentado la presión de adaptarnos a entornos que no comprenden ni valoran nuestra forma única de procesar la información y relacionarnos con los demás. Hemos sentido el peso de las expectativas poco realistas y la falta de reconocimiento por nuestros talentos y contribuciones. Hemos sufrido el aislamiento que genera la incomprensión de que lo que somos y podemos brindar a otros no fue una elección personal. Nuestra gestión emocional y nuestro CI no nos define aunque a menudo nos significan. 

Y por eso, nos dedicamos a colaborar únicamente con empresas y organizaciones comprometidas con la creación de espacios de trabajo inclusivos y comprensivos, donde cada individuo pueda brillar en su plenitud. No sólo porque su talento es diferente sino porque los demás con los que trabaja comprenden, respetan, valoran y aceptan dichas diferencias. 

En el ámbito social, hemos enfrentado la paradoja de sentirnos en momentos iniciales  profundamente conectados con el mundo que nos rodea, pero al mismo tiempo, sentirnos como extraños en él cuando iba pasando el tiempo y las necesidades de conectarnos desde la autenticidad aumentaban. Hemos experimentado la alegría de encontrar personas o espacios donde nos sentimos aceptados y comprendidos, aunque no fueron muchos, pero también hemos sentido el dolor de la exclusión y el rechazo desde nuestra niñez hasta el día de hoy. 

Y por eso, invertimos todos nuestros esfuerzos en crear espacios donde cada persona se sienta valorada y respetada, donde puedan compartir sus experiencias y encontrar un sentido de pertenencia genuino. Donde la autenticidad sea la moneda de cambio, la forma relacional más común . 

En las relaciones personales, hemos navegado por las aguas turbulentas del amor y la amistad, sabiendo que nuestras necesidades emocionales y mentales son únicas y a menudo difíciles de entender para los demás. En el fondo la empatía, el nivel de consciencia y la comprensión llegan del conocimiento y la experimentación en carne propia, del aprendizaje o la trascendencia comprensiva a ciertos momentos complejos de una vida. 

Todos sabemos que entrar en nuestro mundo interior o en nuestra mente es a veces incluso difícil para nosotros mismos y por ende puede serlo mucho más para otras personas, aunque nos amen. Hemos sentido la dicha de encontrar a aquellos que nos aceptan y nos valoran por quienes somos realmente, pero también hemos sentido la tristeza de las conexiones rotas y las relaciones que no pueden sostener nuestra singularidad . Que en aquel camino de incomprensión y ceguera, se han llevado gran parte de nuestra inocencia y nuestra sensibilidad. 

 De ahí que casi siempre parezcamos unos raros o unos bordes e incluso unos inadaptados. Uno no puede ir por el mundo a pecho descubierto con esta sensibilidad  que tanto nos define y nos diferencia, y que se nos da tan bien esconder, porque sabemos que puede causarnos un dolor tan grande que otros si quieran pueden imaginar. 

Y porque todo lo anterior lo vivenciamos y entendimos es que nos dedicamos a facilitar conexiones auténticas y significativas entre individuos que comparten valores, intereses y sensibilidades similares, construyendo relaciones sólidas basadas en la comprensión mutua y el apoyo incondicional. Consiguiendo que cada experiencia en independencia de su resultado final sea siempre positiva y enriquecedora. Alejados a miles de kilómetros de los fríos e insensibles contactos virtuales. 

En AIMI, no solo ofrecemos servicios profesionales, sino que también compartimos nuestras propias historias y experiencias. Porque entendemos que la verdadera empatía y comprensión solo pueden venir de aquellos que han caminado por un camino similar. Nos comprometemos a ser una comunidad donde cada individuo se sienta visto, escuchado y apoyado en su viaje hacia la aceptación y el crecimiento personal.

 Dónde juntos logremos una mayor sensibilización de una sociedad que parece dormida a lo que más humano nos hace;  la inteligencia y la sensibilidad. 

Juntos, construimos un espacio donde la singularidad es celebrada y donde los sentimientos sinceros y honestos ,  la comprensión, la empatía, y  la sensibilidad  son las fuerzas que nos unen. Gracias por estar en esta página.

                                                                                                                                                                             El Equipo AIMI